specie representativa: Roble (Quercus robur).Composición floral mayoritaria: Roble (Quercus robur), variedades de Brezo(Erica sp), castaño (Castanea sativa) y flora silvestre autóctona variada.Propiedades: Anemia · Digestivo · Antitusiva specie representativa: Roble (Quercus...
specie representativa: Roble (Quercus robur).Composición floral mayoritaria: Roble (Quercus robur), variedades de Brezo(Erica sp), castaño (Castanea sativa) y flora silvestre autóctona variada.Propiedades: Anemia · Digestivo · Antitusiva specie representativa: Roble (Quercus...
specie representativa: Roble (Quercus robur).Composición floral mayoritaria: Roble (Quercus robur), variedades de Brezo(Erica sp), castaño (Castanea sativa) y flora silvestre autóctona variada.Propiedades: Anemia · Digestivo · Antitusiva specie representativa: Roble (Quercus...
specie representativa: Roble (Quercus robur).Composición floral mayoritaria: Roble (Quercus robur), variedades de Brezo(Erica sp), castaño (Castanea sativa) y flora silvestre autóctona variada.Propiedades: Anemia · Digestivo · Antitusiva specie representativa: Roble (Quercus...
La miel de roble es producida por las abejas, como resultado de la libación para extraer polen y néctar de las flores de especies vegetales predominantes, tales como roble (Quercus robur), variedades de brezos (Erica sp), Castaño (Castanea sativa) y flora silvestre autóctona variada, añadiendo a esta dulce composición floral sustancias resinosas varias de especies arbustivas o arbóreas que son recolectadas por las pecoreadoras de la colmena.
La especie más representativa es el roble, imponente árbol caduco de extensa copa que puede llegar a alcanzar más de 40 m. de altura; posee tronco grisáceo blanquecino (tendiendo a parduzco en longevidad), grueso, erecto y leñoso con hendiduras longitudinales, ramaje de formas irregulares y hojas alternas, amplias y lobuladas, de llamativo color verde intenso en el haz; emite flores masculinas en amentos colgantes y fruto en forma de bellotas ovaladas con cobertura de escamas casi planas.
El árbol llamado roble fue considerado ancestralmente paradigma de fuerza, vigor y perseverancia en el ánimo. El nombre robur posee la misma raíz indoeuropea “reudh” que el adjetivo latino ruber (ruber =rojo , del latín vulgar rōbore, acusativo de rōbur). De hecho los romanos distinguían entre robles (Robur), encinas (Ilex) y alcornoque (Suber), siendo Linneo quién más tarde reunió esos árboles en un solo género, Quercus. Existe conocimiento de fósiles de roble ya desde épocas pretéritas durante el periodo Cretácico Inferior.
El origen del vocablo quercus es celta y significa ‘árbol hermoso’; el Duir, como lo llamaban ellos, tenía un lugar de honor en esta ancestral cultura (la palabra "Druida" significaba en gaélico "el que observa el roble", pues eran fuente de inspiración de hombres y mujeres sagrados, inclusive algunas reuniones mágicas se celebraban en torno al mismo). Su leyenda cita que el "rey roble" regía en la mitad luminosa del año y el "rey acebo" en la de penumbra. La mitología también resalta que existía una tríada de árboles consagrada a las hadas, roble, fresno y espino, de tal modo que cuando aparecían juntos en un mismo lugar, éstas danzaban en torno a ellos haciéndose visibles al ojo humano.
Entre otras citas literarias, cabe destacar la del escritor español Fernando de Rojas aludiendo a la fortaleza del roble en “La Celestina”: «Un solo golpe no derriba un roble…», así mismo, el poeta y dramaturgo Tirso de Molina comentó que este árbol nunca había dado cobijo a traidores ni confesos. El célebre árbol de Gernika (Vizcaya) era un centenario roble, símbolo de las libertades del pueblo vasco, bajo el cual se celebraban asambleas y desde el siglo XIV los reyes castellanos juraban bajo él respetar sus fueros.
De origen euroasiático, comprende más de 500 especies distribuidas por Europa, Asia occidental, Norteamérica y Sudamérica. En la península ibérica crecen en suelos con humedad constante, por lo que abundan espontáneos en cordilleras con elevada higrometría y en las regiones más norteñas. Su madera fue un material esencial en la construcción naval, producción de traviesas para vías férreas y carbón vegetal, en tonelería y ebanistería, etc; su fruto se usa como forraje para ganado, su dulce miel como antibacteriana, antiséptico, cicatrizante, fuente de energía y remedio estimulante contra el cansancio y envejecimiento prematuro, y su corteza y agallas como curtientes.
Ubicada en el sudeste de la comunidad gallega, esta área comprende un bello territorio sito en el sudoeste de la provincia orensana, a modo de amplio valle natural que abraza sutilmente al caudaloso rio Limia (llamado por los antiguos romanos "rio del olvido" (Rio Lethes) en su creencia de borrar la memoria de aquellos que lo cruzaban). La cadena montañosa de Bande cubierta en algunas áreas por mágicas zonas de bosque, y en otras por terrenos pedregosos con arbustos chaparros, es el vigilante impertérrito en lontananza al noroeste, desahogándose hacia el sur y este a una imponente depresión antelana que cubre la casi totalidad de esta maravillosa provincia.
Destacar así mismo su catalogación como espacio natural protegido gracias a su amplia y rica biodiversidad autóctona (declarada zona Red Natura 2000 y núcleo Reserva de la Biosfera), originada por peculiares tipologías edafobotánicas, labradas a base del azote continuo por parte de un severo clima oceánico muy característico.
La miel natural de roble posee color ámbar oscuro muy intenso y dulce sabor rotundo, penetrante, malteado, que evoca una fascinante sensación amaderada de ancestrales orígenes. Su aroma es nítidamente intenso y persistente con tiznes malteados, acopiando sensaciones mentoladas ligeramente aromatizadas. Cristaliza escasamente dando lugar a una miel profundamente densa.
La cosechan las abejas durante el final del verano, dando lugar a una singular composición basada fundamentalmente en ricos mielatos, procedentes de secreciones resinosas que exuda el roble (Quercus robur) como especie vegetal más representativa; en menor medida, el polen y néctar de las flores de brezos (Erica sp), castaños (Castanea sativa) y especies de porte bajo, aderezan esta exquisita y dulce mezcolanza montañesa de intenso color oscuro.
Al igual que el resto de nuestros productos de la colmena (mieles y derivados (polen, propóleos, jalea real..)), hablamos de una miel natural tradicional de roble recolectada por nuestras abejas en zonas boscosas silvestres, que aporta multitud de beneficios saludables para nuestro organismo:
Otorga innumerables beneficios a nuestro organismo, entre los cuales cabe destacar sus propiedades calmantes, antiinflamatorias, suavizantes y ligeramente laxativas. Antiséptico y cicatrizante natural, es muy útil en el tratamiento de quemaduras, llagas y heridas. Estimula una correcta circulación sanguínea, hecho que favorece la lucha en caso de problemas de hemorroides, fisuras anales,…. A causa de poseer una gran actividad antibacteriana, la miel de roble es muy utilizada para tratar resfriados, irritaciones de garganta, infecciones del sistema respiratorio, procesos de tos, etc...
Provee de importantes cantidades de vitamina C, antioxidantes y minerales (hierro, potasio, calcio, fósforo, magnesio,..) siendo un buen remedio para enfermedades derivadas de procesos de reuma, problemas urinarios , cefaleas, disentería y diarreas crónicas. Es así mismo, un excelente regenerador natural contra el envejecimiento celular, sobre todo a nivel intestinal.
La colmena nos proporciona este magnífico, intenso y dulce elixir procedente de flores y exudaciones resinosas para la salud de nuestro organismo, actuando como fuente natural de energía, siendo sin duda, un excepcional y estimulante remedio nutricional que ayuda a los deportistas en momentos de cansancio temporal.
Previamente cocemos en una cacerola un taco de merluza completo, perejil, una pastilla de caldo vegetal natural, 4 zanahorias, 1 boniato, 2 puerros, una pizca de apio, aceite de oliva virgen, un trozo de calabaza ducle, y una patata; una vez en su punto, colamos el cocido y reservamos el caldo limpio que aplicaremos en el fondo de la bandeja para hornear.
Cortamos dos calabacines, una patata y un pedazo de calabaza en gruesos trozos; añadimos unas tiras de pimiento verde, pimiento rojo y berenjena morada alrededor. Añadimos un poquito de mantequilla, miel de roble, una pizca de eneldo y cúrcuma, sal marina y nueces partidas peladas por encima del conjunto. Horneamos a 200º hasta que los vegetales estén a punto.
Decoramos finalmente con unas flores de azahar en la cumbre de los tacos de hortalizas. ¡Retiramos y listo! Ya tenemos en nuestra cocina un sencillo, dulce y delicioso plato de ancestral e intenso aroma.
Las mieles naturales de roble recolectadas por nuestras abejas poseen propiedades únicas, de tal modo que si deseamos aprovechar todos los beneficios que nos puede aportar, es aconsejable tomarla directamente, saboreándolas dentro de la boca el mayor tiempo posible antes de ingerirlas. Para hacerlas más manejables en aquellos casos que se prefieran diluidas, se recomienda como mucho, calentar al “Baño María” a temperatura que no supere nunca los 40 º para evitar la pérdida de propiedades.
Mantener en lugar seco, semioscuro y fresco para mantener intactas de un modo natural todas sus propiedades.
**En su proceso natural, la miel cristaliza y endurece en función de diversos parámetros (temperatura, origen floral, etc).