Miel de bonito color ámbar con tonalidades rojizas y un agradable sabor entremezclado entre romero y tomillo, que le confiere una calidad suprema resultado de esta perfecta simbiosis vegetal. Muy útil como antigripal del sistema respiratorio. Recolectada en el entorno natural de Fuendetodos, tierra dura y seria cuya sobriedad grabaría la cuna del pintor... Miel de bonito color ámbar con...
Miel de bonito color ámbar con tonalidades rojizas y un agradable sabor entremezclado entre romero y tomillo, que le confiere una calidad suprema resultado de esta perfecta simbiosis vegetal. Muy útil como antigripal del sistema respiratorio. Recolectada en el entorno natural de Fuendetodos, tierra dura y seria cuya sobriedad grabaría la cuna del pintor... Miel de bonito color ámbar con...
Recolectada en los montes de la sierra de Fuendetodos, esta exquisita miel terapéutica con 10 g. de propóleo es rica mayoritariamente en tomillo, poseyendo estupendos poderes antisépticos, digestivos (combatiendo cólicos, indigestiones y flatulencias) y antigripales a los que cabe añadir las prodigiosas propiedades del propóleo en estado puro. Recolectada en los montes de la...
Miel de bonito color ámbar con tonalidades rojizas y un agradable sabor entremezclado entre romero y tomillo, que le confiere una calidad suprema resultado de esta perfecta simbiosis vegetal. Muy útil como antigripal del sistema respiratorio. Recolectada en el entorno natural de Fuendetodos, tierra dura y seria cuya sobriedad grabaría la cuna del pintor... Miel de bonito color ámbar con...
Miel de bonito color ámbar con tonalidades rojizas y un agradable sabor entremezclado entre romero y tomillo, que le confiere una calidad suprema resultado de esta perfecta simbiosis vegetal. Muy útil como antigripal del sistema respiratorio. Recolectada en el entorno natural de Fuendetodos, tierra dura y seria cuya sobriedad grabaría la cuna del pintor... Miel de bonito color ámbar con...
La miel natural de tomillo es producida por las abejas, como resultado de la libación para extraer polen y néctar de las flores de especies vegetales predominantes, tales como tomillo (Thymus vulgaris) y romero (Rosmarinus officinalis), conviviendo también en otras zonas peninsulares con plantas variopintas como eucalipto, lavanda o espliego, brezo, y gran diversidad de especies aromáticas y arbustivas de porte chaparro.
Esta planta de elevada rusticidad y maravillosas propiedades medicinales, es uno de los más significativos exponentes de la flora mediterránea de España y de la apicultura tradicional. Se desarrolla en forma de mata baja con tallos leñosos, pequeñas hojas lineales aromáticas y diminutas flores de color violáceo - blanquecino a veces rosado claro, que afloran durante la primavera tardía e inicio del estío, atrayendo sutilmente su dulce néctar a las abejas pecoreadoras de la colmena.
Su nombre procede del latín Thymus o Thymum, el cual la adoptó del griego thýmon y thýmos, aunque también parece cierta su vinculación a la raíz indoeuropea “dheu” que significa humo, vapor, algo respirable, aroma. La especie más conocida de entre las 28 que aproximadamente se citan en la península ibérica, es el Thymus vulgaris (epíteto latino que significa "vulgar, común").
Ya en el antiguo Egipto, los ramilletes de las plantas de tomillo se utilizaban en la fabricación de pócimas milagrosas, composición de intenso aroma en rituales funerarios, adornos florales, etc.
Los griegos consideraban al tomillo como icono de fuerza y energía natural, aunque pudiera tratarse de una especie afín como el serpol más propia de estas costas mediterráneo-orientales (también lo usaban para dolores pectorales y articulares, para curar infecciones, bronquitis y problemas de digestión, como antiséptico,.. según Galeno). La mitología Griega afirma que esta planta brotó de una lágrima derramada por Helena de Troya, de la cual obtenían fuerza y valor los guerreros helenos.
Más tarde se extendió al Imperio Romano, donde fue frecuente su uso a modo estimulante en las antiguas termas o aportando aroma a vinos y viandas diversas. La influencia de este vasto imperio la trasladó a casi toda la Europa occidental e inclusive a la Antigua Bizancio, donde aparecieron recetas con tomillo como condimento habitual. Posteriormente durante la Edad Media, continuó su expansión, añadiéndose también su uso como amuleto protector durante las batallas.
En el siglo XVIII, el boticario germano Newmann logró obtener aceite esencial natural de tomillo, siendo hoy día uno de los remedios más utilizados por sus extraordinarias propiedades antisépticas. Posteriormente, se extendió y potenció su cultivo a muchas zonas europeas para su venta a la industria farmacéutica. Una leyenda cristiana cita que cuando José de Arimatea portó el Santo Cáliz a la Montaña Sagrada de Montserrat, los ángeles otorgaron una prebenda a los visitantes de la misma, por lo cual cubrieron sus laderas de tomillo, cuyo aspecto, color y belleza florales recordaba al Santo Grial; desde aquel momento, se le confirieron propiedades curativas.
En la raza gitana se consideraron plantas sagradas, asegurando que un antiguo dios egipcio se la dio a su pueblo. En la tradición popular se utilizaba contra tormentas y rayos, asegurando así mismo que la ingestión de una infusión de tomillo natural salvaje recogido en colina habitada por hadas, nos permitirá visualizarlas.
Esta área ubicada en la zona centro de la comarca aragonesa, lucha con denuedo contra una climatología extrema que esboza una tierra salpicada por áridos parajes, permutados con peculiares microclimas en torno a numerosos barrancos y hoyas. Conformada por una vasta masa forestal de densos encinares y pinares, alternados con coscojales, sabinares y plantas aromáticas florales de pequeño porte (lavanda, romero, ajedrea,..), ampara cotas de hasta 812 m. de altitud en su cumbre más elevada. Tierra por tanto dura y sobria, que vería florecer las obras del pintor y grabador español mundialmente reconocido, Don Francisco de Goya y Lucientes.
Las plantas de tomillo vulgar componen densos matorrales chaparros en estos parajes naturales, ubicados especialmente en monte bajo, laderas pedregosas y áreas abiertas, complementadas en ocasiones con otras especies florales aromáticas como romero, lavanda o espliego, salvia,.., resultando lugares muy atractivos para el trabajo de recolección de polen y néctar por parte de las abejas.
Llamativo color ámbar rociado de un abanico de diversas tonalidades rojizas, pudiendo adquirir un gradiente natural más claro si está acompañado de un elevado índice de polen de romero. Delicioso e intenso sabor floral dulce, acentuado con notas ácidas persistentes. Los expertos definen la miel de tomillo como una miel caliente, de aroma especiado, penetrante y herbáceo que emana muy notoriamente la esencia que porta.
De igual manera que el resto de nuestra gama de mieles y derivados de la colmena ( propóleo, jalea real, polen.), se trata de una miel pura artesanal de tomillo que posee múltiples propiedades terapéuticas proporcionando innumerables beneficios a nuestra salud:
La miel natural procedente de las plantas de tomillo y recolectada por nuestras abejas, resulta ser un extraordinario tonificante en casos de fatiga. Además, posee propiedades medicinales antisépticas (es uno de los mejores remedios cuando hay problemas de infecciones), favoreciendo también la digestión. Indicada así mismo para luchar contra procesos gripales y afecciones respiratorias (de tipo inflamatorio, tos convulsiva, bronquitis,…). En apicultura tradicional, se ha estado usando con asiduidad en la regulación de la tensión arterial, e inclusive en muchas ocasiones, es combinada con jalea real, propóleo, polen, miel de eucalipto y brezo, y esencias de hierbas aromáticas y otras plantas florales para potenciar su poder medicinal. En definitiva, un incomparable elixir de la colmena con maravillosas propiedades medicinales a disposición de la salud.
Encendemos el horno y lo calentamos a 180 - 200º C. Cortamos queso semitierno en forma de quesitos de gran tamaño; los unimos formando una gran rueda compacta y añadimos sobre la misma una cucharadita pequeña de tomillo finamente triturado, una mezcla de hierbas aromáticas en polvo para dar sabor, y una cucharada sopera de miel dulce de tomillo natural de color ámbar claro a ser posible por ser más suave.
Horneamos sobre papel de aluminio entre 6 y 12 minutos dependiendo de la variedad de queso escogida; lo llevamos a punto de gratinado pero sin dejar que se deshaga el bloque. Lo sacamos del horno, colocamos en un plato plano decorado con motivos florales y una vez dejado enfriar ligeramente, lo salpicamos con una cobertura de pequeñas frambuesas y grosellas dulces rematadas con taquitos de pan tostado de maíz.
Se trata de una de las recetas más sanas, equilibradas y saludables, que traslada al consumidor todas las esencias florales de las plantas libadas por las abejas en su lugar de origen.
Las mieles naturales de tomillo recolectadas por nuestras abejas poseen propiedades únicas, de tal modo que si deseamos aprovechar todos los beneficios que nos puede aportar, es aconsejable tomarla directamente, saboreándolas dentro de la boca el mayor tiempo posible antes de ingerirlas. Para hacerlas más manejables en aquellos casos que se prefieran diluidas, se recomienda como mucho, calentar al “Baño María” a temperatura que no supere nunca los 40 º para evitar la pérdida de propiedades.
Mantener en lugar seco, semioscuro y fresco para mantener intactas de un modo natural todas sus propiedades.
**En su proceso natural, la miel cristaliza y endurece en función de diversos parámetros (temperatura, origen floral, etc..).